(velatorio en el cielo por la muerte de un muerto)
-Que triste, ¿no?
-Sí, bueno...
-...Estoy consternado. No sabía que aquí también nos teníamos que morir.
-Ya... Para mí también fue una sorpresa. Pero claro, ante la falta de espacio...
-Pobre hombre, ¿verdad?. Lo conocía de vista, pero me pareció buen tipo. ¿De qué murió?
-Ya sabes, de la muerte natural del muerto...
-¿De muerte natural?. ¿Y cuál es nuestra forma natural de morir?
-De olvido, amigo mío, de olvido.
-Que triste, ¿no?
-Sí, bueno...
-...Estoy consternado. No sabía que aquí también nos teníamos que morir.
-Ya... Para mí también fue una sorpresa. Pero claro, ante la falta de espacio...
-Pobre hombre, ¿verdad?. Lo conocía de vista, pero me pareció buen tipo. ¿De qué murió?
-Ya sabes, de la muerte natural del muerto...
-¿De muerte natural?. ¿Y cuál es nuestra forma natural de morir?
-De olvido, amigo mío, de olvido.
3 comentarios:
No desaparece lo que muere, sólo lo que se olvida. La cuestión es que, aunque suene a pura retórica, lo olvidado, olvidado está, y no somos consciente de que lo hemos olvidado...
Entonces acabo de encontrar la clave de la inmortalidad: ser recordado, eternamente. Para ello no hay como realizar grandes obras. Lo que pasa es que me da tanta pereza empezar...
Impecable.
[Saludos]
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