10 enero 2007

YO, MI, ME... SIN MÍ

Debiera ser fácil, en una de esas tardes tontas sin trabajo, sentarnos ambos en la sobremesa, frente al balcón, y contarnos qué tal nos ha ido la semana, el año, qué tal la vida. Con esa forma tan natural en la que los viejos amigos pasan de hablar del tiempo a cuestionar la muerte misma, debiera ser fácil hacer balance de cómo lleva cada uno su condena. Cómo pasas las horas perdido en algún planeta, esperando que yo venza la pereza y te rescate, te siente y te dicte, o me dictes tú entre insultos a mi torpeza. Cómo vives tu cruz, la sumisión absoluta a mis vaivenes, tu tibia existencia muchas horas al día, muchos días de la semana. Sabes bien, aunque no lo creas, que yo llevo mal la mía. Que domino tu destino y, sin embargo, no soy capaz de invocarte justo a tiempo, como en esos días de gloria que bajo un relato tú y yo hemos tenido. Por eso, porque nos queremos, debiera ser fácil viviendo en un mismo cuerpo sentarnos, frente al balcón, y ver oscurecer el tiempo haciendo balance de lo nuestro.

Pero te he callado tantas veces, te he callado tantas veces, que ya somos una pareja anodina, haciendo vidas en paralelo.

2 comentarios:

laveron dijo...

suele pasar...muy a menudo.

Vic dijo...

Qué bueno Angel...
Una forma muy poética de describir el desgaste y la muerte de lo que alguna vez fue tan bueno. Será posible no caer en esto? No creo.

Precioso el nuevo diseño del blog!!