09 julio 2006

EGO -ME- ABSOLVO

Y entonces ya lo viste, simplemente me empecé a elevar sobre el suelo. Si te digo la verdad, en ese momento sólo me dejaba llevar por la música, sin pensar nada en concreto, o al menos en nada de una forma fría y consciente. Porque mientras cantaba a las palabras del estribillo, completamente entregado al sonido y al calor de la multitud, simplemente aceptaba, sin reflexión previa alguna, que me reconciliaba conmigo mismo, que me concedía la amnistía sin misticismos, con una naturalidad pasmosa (ahora entiendo) derivada del puro cansancio de tantos años.

Me di cuenta de que algo estaba pasando porque mientras cantaba furioso la gente de mi alrededor empezó a callarse. Si antes mi voz no era más que una centésima parte del coro que repetíamos el estribillo, llegado aquel momento empezó a sonar por encima de la del resto, imponiéndose. Y Como me extrañó sentir mi voz con más fuerza, como mi percepción de estar rodeado de gente sudando y bailando empezó a disminuir, abrí los ojos sin dejar de cantar, y sólo entonces comprobé que realmente estaba levitando.

¿Sabes? No me sorprendió lo más mínimo, aunque no lo llegues a entender. Porque era consciente de que todo lo que estaba ocurriendo no era sino una consecuencia lógica de aquella noche. Por eso no entendí en aquel momento (ahora sí) que la gente saliera corriendo, o que el grupo dejara de tocar y se quedase paralizado en el escenario. Les hubiera querido tranquilizar explicándoles que simplemente era el momento más maravilloso de mi vida, que no tenían de qué preocuparse, que me dejaran flotar tranquilo. Sin embargo, me importaba tan poco qué opinaran al respecto... Sonriendo, ya me viste, sólo podía entretenerme en saborear el hecho de saber por primera vez en mi vida que tenía plena conciencia de mí mismo y entender que, cuando tocara de nuevo el suelo, sería capaz de mirarme al espejo sin temor a no reconocerme.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Como el protagonista de tu historia ando buscando darme mi propia absolución. Espero no levitar cuando la consiga, más que nada por no asustar a nadie.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Pues yo sí que llevo toda la vida intentando levitar, y no hay manera. El día que lo consiga estaré realmente satisfecho de haber sembrado el pánico a mi alrededor, especialmente entre esos que jamás entenderán...

Anónimo dijo...

...Y siempre hay alguien que jamas entiende

C.F

Anónimo dijo...

"Porque era consciente de que todo lo que estaba ocurriendo no era sino una consecuencia lógica[...]"

Exacto.

Besos mil.

[Auster, P.: Mr. Vértigo]