23 octubre 2007

PROMESAS

Recordaré siempre la primera promesa que te hice y no cumplí, va ya para siete años. Mientras enciendo otro cigarrillo, recuerdo aquella noche en la que medio drogados, como dice la canción, nos dimos aquel primer beso que llegaba tarde pero que llegaba, muy tarde ya en la noche, mientras todos dormían la mona en una cama y tú y yo, balbuceantes de ron, pelábamos la pava en un sofá bastante estrecho. Recuerdo aquella noche, aquel beso y aquella promesa, tras dos mil quinientas cincuenta y cinco noches, no logro calcular cuántos miles de besos y me da pánico pensar cuántos paquetes de cigarrillos.

Como aquella promesa que guardo en mis pulmones, han habido muchas que aún siguen, a día de hoy, apolillándose en el armario de la enmienda. Algunas te las hice de forma solemne, como aquella mientras caminábamos hacia tu parada de autobús. Y otras, quizás la mayoría, con la boca pequeña del que se conoce y aun así se niega. No obstante todas, ten por seguro, las hice, las hago, pensando que un día me despertaré siendo el hombre perfecto que mereces tener a tu lado, la persona que siempre pueda arrancarte una sonrisa sin tenazas.

Ya sabes lo que opino de mí. Hay parcelas por las que no apuesto ni un duro. Sin embargo, en estas dos mil y pico noches que no siempre hemos podido compartir, me ha quedado claro que soy alguien capaz de amar y de ser amado, que soy alguien por el que otro alguien piensa que merece la pena no hacerlo todo de la manera más fácil. En estos no sé cuantos miles de besos que nos hemos dado, me ha quedado claro que soy alguien al que otro alguien considera único e irrepetible. Y que mi vida ya, de no haber aparecido tú, seguramente sería la vida de alguien que no soy yo, de alguien que seguramente sería un poco peor persona.

Así que prometo dejar de fumar, prometo quererme más a mi mismo, prometo tapar la pasta de dientes, prometo no ver el vaso medio vacío, prometo roncar menos, prometo no pasarme con la comida y también prometo no darte sustos escondiéndome en el pasillo. Mientras tenga tiempo a tu lado te prometeré mil cosas, y ten por seguro que no habrá ninguna que, tarde o temprano, no sea capaz de cumplir.

No sé si la nuestra será una historia de amor eterno. Pero entretanto espero haberte dado siete años de felicidad.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre pensé que las promesas eran promesas porque se cumplen...si no es así, sólo son frases que flotan en el limbo y no pueden recibir tal nombre.
Muchas felicidades a los dos, desde la distancia de los kilómetros pero de la cercanía de la amistad.

ana dijo...

Puñetero... que me has hecho saltar las lágrimas. Que estoy mu sensible pa leer estas cosas, aunque no sean pa mí.
Beso grande, guapo. Beso para el otro alguien también ;)

Beaumont dijo...

espero que le dieras el recado. Mamón, me has jodido la idea, naturalmente hay una gran variación, pero el leiv motiv, y no es el Camel, es el mismo.

La próxima vez te cuelgo el vídeo del edredón

Anónimo dijo...

Ohhhhh, que bonito!!!!yo tambien quiero uno...jejeje
felicidades a los dos y no prometas tanto...os quiero
besos, marian

Calle Quimera dijo...

Las promesas son difíciles de cumplir porque las lanzamos con el corazón. Luego entra en el juego la mente e intenta engañarnos.Me alegra leerte de nuevo. Salud¡¡¡.

VANE dijo...

Que bonito...