13 junio 2007

NO ME PONE TRISTE LA LLUVIA

No me pone triste la lluvia
Sólo me nublan los paraguas,
la imposibilidad de los charcos
como recurso lúdico de urgencia.

Una vida impermeable
y el alma calada hasta los huesos.

17 comentarios:

m_mori dijo...

¿Y si el alma también fuera impermeable? Entonces seguiríamos sin ponernos tristes con la lluvia, pero tampoco podríamos jugar a chapotear en los charcos...

Calle Quimera dijo...

¿Seguro que esa vida impermeable no tiene algún agujerillo por ahí, y es por donde pasa el agua que cala el alma..?

Un beso.

Anónimo dijo...

Ponte el permeable, niño!

V.

PALABrotas dijo...

Muchas gracias por el señor cumplido! A mí tampoco me pone triste la lluvia. De hecho, me encanta. Hasta el límite de los tres días. Entonces, se me nubla el alma... un beso!
norma

Kamenah dijo...

Con lo divertido que es salir con la bici cuando llueve y salpicar por en medio de to los charcos ^^

Anónimo dijo...

La lluvia nos hace mirar para dentro, apagando todo lo que nos rodea.

Creo que a veces, incluso siendo defectuosas las piezas, uno se aferra a lo que tiene, malo o bueno, porque después de todo, es lo poco que tiene y sólo permanece lo que uno alcanza. Pero en cierto punto, quién sabe...

Besos

MIRIAM dijo...

La lluvia, el fuego, el viento son de los pocos elementos que ha compartido la humanidad a traves de los siglos. Cuando aparecen nos detienen la marcha... hay quienes ponen el cuerpo y quienes ponen el alma. Besos

Helena dijo...

"Deambu", me ha encantado este poema-reflexión, en el que ni falta ni sobra nada. ¡Enhorabuena!
Me ha gustado de verdad.

Besos, bajo la lluvia.

el que deambula dijo...

Pues muchísimas gracias a todos por vuestros comentarios. Realmente como podéis comprobar la poesía no es lo mío, pero me halaga que valoréis mis intentos.

Mori: Si el alma también fuera impermeable... Mejor morir. Creo que el problema no está en tener el alma calada hasta los huesos, sino en tener que vivir en un mundo como este impermeable a tantas cosas importantes.

Avalón: Has dado en el clavo. Realmente nadie completamente impermeabilizado podría dedicarse a escribir o a leer lo que otros escriben, pero... ¿Tenemos que conformarnos con un agujerito? Esa es la cuestión. Besos.

Ma: Que me ponga el permeable... Supongo que no sabría tampoco como funcionar en la vida así. Uno es animal de costumbres, uno es animal de condenas. Creo que el personaje no quiere permeabilizarse, quiere no ser consciente de tanta diferencia.

Norma, no es ningún cumplido. Palabrotas es de los blogs más originales con los que me he encontrado.

Kamenah: Qué alegría verte por aquí, eso es genial, la bici, los charcos... Bañarse en la playa en medio de la tormenta, una experiencia inolvidable.

Antonio, también has dado en el clavo. Realmente el personaje sólo constata esa incongruencia a lo Catulo (Odi et amo...), probablemente no sea algo que le atormente a diario. A fin de cuentas, es su vida. Muy buena tu frase de sólo permanece lo que se alcanza.

Miriam: Hay quienes ponen el cuerpo y quienes ponen el alma. Genial. Quizás de niños pongamos el cuerpo y de adultos el alma. Quizás el personaje sólo se esté quejando de ir haciéndose mayor.

Y a ti Helena, gracias de veras porque de poema creo que tiene poco. Me alegra que te haya llegado.

Gracias a todos. De veras. Os sigo.

laveron dijo...

¡qué belleza y qué mínima belleza!
te extraño angelillo, mi "cantaor"...
toy sin dsl.
Un besazo.
laura

Javier Luján dijo...

En busca de la impermeabilidad perdida, del paraguas sin varillas y de los charcos que son espejos; mientras tanto, la lluvia, sí, me pone triste.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Releyendo esto... pienso... qué triste son tantos días en que no llueve...

0coma5 dijo...

mucho VENENO veo por aquí.

ana dijo...

A ver... que llueva un poco, que refresque aire y corazones, que ya no recuerdo si me pone triste o no...

Antonio Ruiz Bonilla dijo...

Somos impermeables a las miserias ajenas y al resto de los seres vivos. ¿Cómo vamos a disfrutar de patalear en un charco? Eso sólo pueden hacerlo los niños, que aún son permeables a los instintos. Un saludo y espero que puedas visitarme.

Anónimo dijo...

Ando yo ultimamente aprendiendo de nuevo a saltar en los charcos del alma. Es mejor chapotear que quedarse mirando como un idiota melancólico tu propio reflejo.
Y a raiz de tu poema, que sí es poema, diré que tengo pendiente formar una asociación de protesta contra los paraguas, verdaderas armas mortales en manos de gente sin carné de conducir paraguas. Estás invitado a unirte.
Un abrazo, poeta.

Anónimo dijo...

Sólo existe el tiempo. Créanme, sé de lo que hablo. Visiten mi soledad en http://malasconciencias.blogspot.com/