27 marzo 2007

RECETA CASERA

Llegamos a casa, tiramos la corbata y la camisa al sofá, nos descalzamos, nos ponemos una sudadera raída y, sin quitarnos el pantalón del traje, nos dirigimos a la cocina.

Elegimos una lata de cocido madrileño, la abrimos con cuidado de no manchar la encimera y la vertemos sobre un plato sopero, preferentemente. Disolvemos los grumos que puedan aparecer con un tenedor, procurando tirar el tocino a la basura si estamos a dieta, tapamos el plato de cocido con otro plato y, sin más preámbulos, introducimos el conjunto en el microondas durante tres minutos, a máxima potencia.

Mientras esperamos, debemos disponemos la mesa con una cuchara, una cucharilla (para el postre), un par de servilletas y, si deseamos un entrante, un plato de aceitunas o un poco de queso. No deben faltar asimismo una lata de cerveza de sabor acorde con el cocido (evitaremos cerveza negra o cerveza limonada), y un nutritivo flan industrial de huevo o vainilla (al gusto). Cuando suene el microondas, retiramos el plato con cuidado de no quemarnos, echamos el plato-tapadera al fregadero, y tras llevar el cocido a la mesa, ya podemos decir que tenemos todo a punto para disfrutar de un suculento almuerzo. Acompañaremos el festín, si nos apetece, con las noticias o un poco de música.

Sugerencia de la casa: Si creemos que podemos romper a llorar durante la comida, tendremos a mano pañuelos de papel.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Existe esa posibilidad, desde luego...

V.

ana dijo...

Sí, existe esa posibilidad.. Yo tengo otra variante: comer, de pie y apoyada en el fregadero, lo primero que has pillao en el frigo. Lo que no cambia son las lágrimas.
Besitos, primor.