02 julio 2006

# IV MEDIA DE RANCHERAS

Andaba yo planchando esta tarde mientras escuchaba a Leño y pensaba en la de series y programas de televisión que no duran más de dos capítulos, como la que llevaba por título la famosa canción de ese grupo. El caso es que no era arrebatadora, pero aún así estremece pensar con qué facilidad se tira por tierra el trabajo de mucha gente amparándose en el veredicto de ese juez estadístico al que llaman “share”. Claro, si uno lo piensa, es lógico que si un programa lo ve poca gente pocas marcas publicitarias lo van a patrocinar y, por tanto, no va a ser rentable. Pero como ser que escribe sin oficio y mucho menos sin beneficio, no puedo menos que solidarizarme con todos esos espacios televisivos en los que tanta ilusión pondrían sus creadores y que con tanta rapidez decapitaron los directivos de las cadenas. Quizás, no sé, de haberles dado un par de programas más la audiencia le hubiera cogido el punto.

Mientras luchaba con la puñetera manga de una camisa, pensaba que menos mal que en Internet todavía te dan espacio gratis sin suprimírtelo a la primeras de cambio por visitas insuficientes. Porque de ser así todas o casi todas las páginas culturales que no pertenecen al entramado de las grandes empresas del sector no durarían ni un mes colgadas. Con todo, y por desgracia, son muchas las webs que dejan de actualizarse por el desaliento que supone echarle horas a algo que sólo ven los que acceden a la misma por un error del buscador de turno. He visto blogs, revistas y listas de correo que, de haber tenido la oportunidad de ser más conocidas, probablemente hoy serían muy visitadas. Lamentablemente, de ellas sólo quedan hoy tristes actualizaciones con fecha año 2000 o 2004.

Pero por suerte el milagro a veces sucede. Igual que la manga de mi camisa ha quedado perfecta con tesón pese a haber pensado en mandarla a tomar por saco y ponérmela mañana sin planchar, hay sitios de Internet que han sabido aguantar años con el único impulso de la ilusión. Páginas que empezaron desde la nada y que hoy son, gracias al boca-oreja, referentes bastante interesantes de la vida literaria y cultural que hay más allá de los circuitos oficiales. Una de ellas es Margen Cero, que en estas fechas celebra su quinto aniversario con un número especial y en la que a un servidor (permitidme un poco de vanidad) le han dado la oportunidad de publicar un relato. Un espacio que, antes del auge de los blogs, era el único medio para publicar de muchos nuevos autores.

Pero por si el hecho de haber colaborado yo en ella en este número despierta susceptibilidades, puedo decir que hay otras revistas igual de buenas que aquella y que llevan muchos años al pie del cañón. La Revista Voces, el Avión de Papel (y su delicioso Proyecto Cortázar), Poesía.com... No son muchas las que superan la barrera de los cinco años en la red, la verdad, pero éstas y otras que yo no conoceré merece la pena visitarlas y ayudar en lo posible a mantenerlas con colaboraciones.

Y es que, enlazando con lo que hablaba de esas series de televisión efímeras, el mayor peligro de la filosofía del “share” no es que se instale en los propietarios de blogger, 20six o geocities, sino en el lugar donde más estragos hace, que es en nuestros corazones. Mientras eso no ocurra, y aunque es muy difícil, todo es seguir en la brecha.

MARGEN CERO 5º ANIVERSARIO - www.margencero.com/aniv5/index_aniv5.html
REVISTA VOCES - www.revistavoces.com
AVIÓN DE PAPEL - www.aviondepapel.com
POESÍA.COM - www.poesia.com

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Malegro, mucho. Y eso pese a los globos pinchados...
Muchos besos.

[CHANTEZ COMPANYIONS!]

Anónimo dijo...

Pues el caso es que el puñetero share se instala justo ahí, donde más duele, en los corazones de la gente porque, tristemente, el ser humano necesita medirlo todo, incluso cosas tan poco calibrables como el arte.
El tuyo como siempre tiene un 100% de share. :)