09 mayo 2006

#III MEDIA DE RANCHERAS

Supongo que tienen razón, el pesimismo está culturalmente sobrevalorado. Por eso no os diré que últimamente no escribo nada porque estoy pasando una mala racha personal. Para qué. A fin de cuentas, ninguna de las dos cosas tiene demasiada importancia. Ni es la primera vez que me paso semanas sin escribir algo decente ni tampoco la primera en que me cuesta trabajo dormir tranquilo. Darle un tinte de excepcionalidad es, además de repetitivo, patético. Se me da bien dar pena a los demás, lo reconozco, pero no os creáis que no pienso que es moralmente reprobable.

Por eso no pienso andar contando qué neuras literarias me obsesionan ni tampoco qué oscuros presentimientos me rondan la cabeza. Para qué. Todos tenemos ese tipo de cuestionamientos y los míos no tendrían porqué ser más originales que los vuestros. Sé que hay gente a la que le gusta escuchar esas cosas, pero hoy no voy a dar la vara esa clase de temas. En lugar de eso, y para variar un poco, diré que si no escribo últimamente es porque mi mente está madurando un relato tan fino, tan puro, que no tiene tiempo en hacerme vivir de una forma estable ni mucho menos de idear historias menores. Algo así. O dicho con pedantería, otro de mis puntos fuertes, que me encuentro actualmente en un estado de vigilia creativa. Sí, suena bien. Me encuentro en un estado de vigilia creativa.

¿Y a qué se debe este arrebato de optimismo, señor cascarrabias? No sé, quizás se me pase mañana. Los que me conocen desde siempre saben que yo solito me hundo y me refloto con relativa facilidad, que sólo es cuestión de dejarme a mi aire. Pero estoy empezando a cansarme del proceso, sobre todo, de la verborrea del mismo. Me hundo me refloto, me hundo me refloto, me hundo me refloto. Es un coñazo hasta para el que lo cuenta. Por eso hoy os diré que me encuentro en un estado de vigilia creativa y que, por tanto, es importante que si alguien se ha preocupado por mí en estos días deje de hacerlo inmediatamente. Tiene mi permiso. Dentro de poco todo habrá pasado y los relatos y mi vida volverán a fluir como de costumbre, está claro.

Supongo que tienen razón, el pesimismo está culturalmente sobrevalorado. A fin de cuentas, las grandes revoluciones (incluso las que no sobrepasan al individuo) las llevaron a cabo personas optimistas.

Gente como yo.

6 comentarios:

javierdebe dijo...

Pues si te encuentras en estado de vigilia creativa tendremos que dejarte, y quedarnos en nuestro estado de vigilia expectante!
Un abrazo.psd

Anónimo dijo...

No diremos que no nos lo avisaste.
Muchos besos a gente como tú.

ana dijo...

Incluso en tu estado de vigilia eres grande, muchacho!

Anónimo dijo...

Desde lejos...

Una recomendacion.

La voz de Julio Cortazar (a descargar), con frenillo y todo...

"Me caigo y me levanto".

Por favor.

Patàn

Anónimo dijo...

Vigilia creativa... ummm... mola... yo es que soy de los pesimistas, un poco así nací y otro poco así me hice, pero juro solemnemente que no veo el vaso mediovacío sólo para dármelas de interesante...

el que deambula dijo...

Gracias por la espera. En esas estamos, en conseguir volver un poco a coger el ritmo escribiendo. Demasiado trabajo, ya sabéis.

Maleta, genial el texto. En cuanto a lo que dices, Mori, lo cierto es que como dijo Woody Allen, el hipocondriaco es tan sólo una persona que cuenta con demasiada información. Puede que también nos pase lo mismo a los pesimistas, no?

Javi, Es, Ana... me conocéis demasiado ya.