19 enero 2006

En respuesta al reto...

He sido invitado por Victoria y Carlos a describir cinco de mis extraños hábitos. Hay un reglamento detrás de este reto que podéis consultar en sus respectivas páginas, pero yo prefiero no cumplirlo a rajatabla porque hay pocas cosas que me desagraden más que el rollo pásalo pisha que tanto abunda en Internet. Así que, si bien acepto con gusto la parte principal del reto, permitidme que sea el cortafríos que rompa la cadena.


Dicho esto, sí, lo reconozco, soy el típico que cuando todos tienen el punto en una fiesta dice que se va a su casa. La gente que no me conoce mucho se sorprende, pero lo cierto es que siempre he preferido retirarme a tiempo antes de sacar a relucir mi punto más patético. Con todo, hay veces que no consigo evitar que mi instinto payasete tome el control, y no son pocos los que conocen mi punto cupletera en los lugares más insospechados. Francisco alegre y olé, vaya vashilón chim pon.


También me da por ponerme el despertador muy temprano, incluso en días de resaca. Bueno, el despertador, no, los cuatro despertadores que tengo. Evidentemente cuando suenan o no los oigo o no puedo levantarme, pero si hay algo que me caracteriza como persona es que nunca llevo a cabo lo que me prometo a mi mismo, como por ejemplo madrugar y disfrutar de un saludable día de domingo después de salir la noche anterior hasta las mil.


Fumo. Extraño hábito porque además soy hipocondriaco, soy el típico que cambia de canal cada vez que oye la palabra tabaco. Soy una pura contradicción. Lo peor del caso es que no lo termino de reconocer, es decir, sigo afirmando a propios y extraños que o lo estoy dejando o que no fumo tanto. Incluso mi madre, que grande eres guapísima, no lo sabe después de cinco años. Pretendo dejarlo antes de que lo descubra, otro propósito para no cumplir.


Soy melindroso con la comida, pero al contrario que casi todo el mundo me encantan los potajes, las berzas y las habichuelas, pero odio la paella y el pescado con espinas. Desde que de pequeño oí en la tele que alguien murió atragantado con una espina, juré que yo no acabaría mis días retorciéndome y babeando espuma delante de Matías Prats Jr. y sus chistes.


Se me saltan las lágrimas con facilidad. Esto podría parecer algo normal e incluso tierno, pero cuando a uno le pasa incluso con algunos anuncios de la tele es para preocuparse. Me he sorprendido a mi mismo con los ojos brillantes ante un anuncio de un coche de lujo. Y no por el coche en sí, sino por el tipo que juega con su mano y le encanta conducir. Mi chica dice que eso es porque soy un niño muy lindo y sensible, pero la verdad es que yo creo que es más bien porque soy gilipollas. No tiene mucho sentido que me emocione un anuncio y sea capaz de comer viendo el telediario.


No me gusta que me hagan fotos, no soy cinéfilo, no me gusta leer libros traducidos... Todo un regalito, como dice mi churri.


...Angelito de la O, que desgraciaito gitano tu eres teniendolo tó.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Angelito de la O, jajajajaja

ana dijo...

:( Yo también lloro con los anuncios.... sobre todo con el del gordo de navidad... o aquél que había que una cría le preguntaba al espejo quién era la más guapa...
Aisn....

pasmao dijo...

Eso de poner los nombres de los demás... ¿Sabes cual es el nombre de mi prima la del Prat?

Anónimo dijo...

Sobre el tema del pescado...
Tu crees que si en el plan del universo figurará el que los humanos nos alimentasemos de peces ¿les habría colocado en el agua?.
Es absurdo Joder! Y encima con espinas que es muchisimo más complicado!. No tiene sentido.
No sé si se nota pero compartimos hábito.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

"Si en el firmamento poder yo tuviera esta noche más negra que un pozo..." esta copla con piano me sigue emocionando hasta hacerme llorar... para esta emoción de lágrimas cada cual tiene sus motivos, el secreto reside en no develarlos!! Algunos de los hábitos no me sorprenden ahora que los leo... de hecho, la única que no esperaba era del gusto por el despertador... pensándolo, esto es querer despertar y tener la impresión de seguir durmiendo pese a todo. Un abrazote enorme

Anónimo dijo...

Me gusta comprobar que sigo conociendo tus cinco rarezas menos raras.

Te recuerdo (y lo recordara tu churri) que una vez sogne contigo y acabe preguntando "Por que me lloras, carita de emperaora?"

Te recuerdo tambien que me voy a buscar una camara fotografica nueva

Y te consuelo; tambien yo lloro por lo que pueden parecer nimiedades. (No lo son, verdad?)

Tantos besos

C.F