18 septiembre 2005

POEMA

Yo cansé al viento de soplar a mi favor.
En vez de avanzar hacía piruetas,
volaba cometas, jugaba con los dedos
hasta que el viento exhausto silbaba
entre ellos.

Ahora lo sé. Las rachas buenas no duran.
Y el viento se venga jugando conmigo,
volando mi corazón como un avioncito
de corcho.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Supongo que dejarse llevar no es una opción, pero luchar contra el viento tampoco. Es la eterna elección entre la apatía y la utopía...

garcía argüez dijo...

jejejeje. qué encantador. visito unos blogs y otros y veo las mismas firmas amigas. Qué bonita familia se está forjando alrededor de estos blogs cómplices. Larga vida.
Gran poema. Besos.

Anónimo dijo...

mientras sea el viento y no un triste policia de playa quien parta tu avioncito de corcho...
besos y força!!marian

el que deambula dijo...

Mmori, además es difícil no entretenerse un poco cuando las cosas van bien. Lo malo es cuando las cosas van mal y te das cuenta de que la vida es la que se está entreteniendo contigo...

Apatía o utopía... ¿No lleva la segunda a la primera a largo plazo? Un abrazo.

Miguel Ángel: Gracias por visitar el blog, se te ha echado de menos los días que has faltado por el tuyo. Aunque bueno, si es para tener pronto en mis manos esa novela, lo doy por bien invertido. ¿Verdad que se está creando algo interesante? A ver si cada vez somos más y más cómplices. Besos.

Marian: Que mal rato pasamos aquel día, ¿recuerdas? intentando defender de la policía local de chipiona a aquel vendedor de aviones de corcho. Se los partieron enteros los policías, a nosotros se nos partió el alma con aquel pobre hombre que corría medio llorando para que no lo cogieran. ¡Qué veranos, corazón!