24 junio 2005

CARACOLAS Y CARACOLES

¿Que bien que empezó el verano no? Sobre todo si una semana antes te declaran oficialmente obeso y colestérico. Son buenos argumentos para lucir camiseta en la playa, sobre todo a estas edades inciertas de pitopausia temprana en la que ya dudas si lo que quieres es ser escritor, economista o simplemente, estar bueno. En cualquier caso, buenos argumentos también para acudir a la playa además de con la camiseta, negra mejor que blanca, líneas verticales mejor que horizontales (dificultan la percepción de la grasa por el ojo ajeno), con un buen libro. Escribir en la playa, además de incómodo, es poco productivo, sobre todo en Chipiona, el más claro ejemplo de la democracia en vacaciones. Playas atestadas en las que, lejos de escuchar las olas del mar, a lo más que puede aspirar uno es a deleitarse con la dudosa declamación de actividades culturales (jeje) a través de la megafonía. Aunque todo se agradece, comparado con lo que va a ser la mayor parte de este verano, trabajo y dietas pobres en lípidos en esta ciudad incomprensible que me hace recordar mi más tierna infancia, cuando el verano tenía tres meses y el anuncio de vacaciones santillana sólo era un leve temor ante la playa y sus descubrimientos en la arena. Y es que tardé mucho tiempo en comprender que las conchas de caracoles vacías que encontraba los lunes en la arena y que me hacían sentir biólogo descubridor de una extraña mutación del caracol campero no procedían del mundo de la sirenita, sino al de los siempre entrañables (y algo guarros) domingueros. Ni el mismísimo Ferrán Adriá ha conseguido superar la originalidad de comer caracoles en la playa.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaja. Bueno, tío, llévalo con mucho ánimo.
Yo volveré al hogar para hartarme de correr y sudar un poco, que falta me hace.
Nos vemos prontito.
(por cierto, me ha gustado mucho el de matemáticas!).

Anónimo dijo...

Y que buenos que estan, los caracoles...

C.F

Anónimo dijo...

Y lo buenas que están algunas en la playa???
En fin, ya en serio, y comentando apriori que yo soy el primero que quisiera estar bueno, no pasa na por tener algún michelo de más!!!
Creo que hay que cuidarse, pero tampoco obsesionarse.

Un abrazo

P.D.:No me gustan los caracoles, y menos en la playa. En la playa, cervecita y bocata, o chiringo con pescaito frito.