30 junio 2005

LA CÁVILA

Revestido de púrpura,
como los reyes y los condenados,
deambulo por las avenidas.

Como los reyes y los condenados,
pues así mi ánimo oscila,
pensando si alguna vez
si algún día no lejano
podré mirarme al espejo,
sonreír, abrir bien los ojos
y decir: Al Fin,
al fin por fin me amo.

28 junio 2005

SALVE, PUELLA.

Hay quien dice que trabajaba hace diez años de cajera en un supermercado de dos pasillos y más polvo que mercaderías, cerca de San Marcos. Otros la sitúan con la misma edad cuarenta años antes, en reuniones de política y amores clandestinos que se celebraban a espaldas de La Gavidia, cuando los grises. Los más viejos y lúcidos aseguran haberla visto vendiendo tabaco en la Plaza de España, en el año de la exposición. Y como me juró el bibliotecario entre la mística y el rigor científico, hay un grabado fechado en el siglo XVIII con su viva imagen junto a otras mozas de la fábrica de tabacos.

Unos la recuerdan por su belleza, otros por su estilo, todos por su extrañada mirada. Nada se sabe con certeza de su origen y materia, salvo que aunque aparenta veinte años, la chica que vende sus cuadros cada domingo en la plaza del museo, lleva siglos paseándose por las calles de Sevilla.

Para Violeta, a la que espero ver pronto por mi calle.

26 junio 2005

ABISMO

Al principio fue lógica la sensación de vértigo, de imposibilidad del presente que le acontecía. Segundos más tarde, la conciencia de que caía al vacío, de que si bien no tenía una clara percepción de haber iniciado el proceso, dicho proceso irreversiblemente tenía como fin un golpe rotundo y sordo que destrozaría sus entrañas y supondría la muerte. Arrobado por la realidad, y aun sin entender porqué dicha realidad estaba sucediendo, la pérdida de conocimiento como recurso biológico previo al fin era el lógico tercer y final estado.

Lo extraño fue cuando se recuperó y comprobó que seguía cayendo cada vez más rápido seis horas, doce, veinte días después. Sólo la oscuridad a través de la cual se precipitaba sobrevivió a sus gritos y a su sensación de desamparo. Murió de hambre y sed antes de comprobar la inmensa profundidad del túnel.

24 junio 2005

CARACOLAS Y CARACOLES

¿Que bien que empezó el verano no? Sobre todo si una semana antes te declaran oficialmente obeso y colestérico. Son buenos argumentos para lucir camiseta en la playa, sobre todo a estas edades inciertas de pitopausia temprana en la que ya dudas si lo que quieres es ser escritor, economista o simplemente, estar bueno. En cualquier caso, buenos argumentos también para acudir a la playa además de con la camiseta, negra mejor que blanca, líneas verticales mejor que horizontales (dificultan la percepción de la grasa por el ojo ajeno), con un buen libro. Escribir en la playa, además de incómodo, es poco productivo, sobre todo en Chipiona, el más claro ejemplo de la democracia en vacaciones. Playas atestadas en las que, lejos de escuchar las olas del mar, a lo más que puede aspirar uno es a deleitarse con la dudosa declamación de actividades culturales (jeje) a través de la megafonía. Aunque todo se agradece, comparado con lo que va a ser la mayor parte de este verano, trabajo y dietas pobres en lípidos en esta ciudad incomprensible que me hace recordar mi más tierna infancia, cuando el verano tenía tres meses y el anuncio de vacaciones santillana sólo era un leve temor ante la playa y sus descubrimientos en la arena. Y es que tardé mucho tiempo en comprender que las conchas de caracoles vacías que encontraba los lunes en la arena y que me hacían sentir biólogo descubridor de una extraña mutación del caracol campero no procedían del mundo de la sirenita, sino al de los siempre entrañables (y algo guarros) domingueros. Ni el mismísimo Ferrán Adriá ha conseguido superar la originalidad de comer caracoles en la playa.

MATEMÁTICA

Súmame a tus triunfos
Réstame de tus temores
Multiplícame en tus sueños
Intégrame en tus noches
Derívame a tu cama
Y elévame a veintisiete
Cuando hagamos el amor.

Que aunque siempre suspendí
Los números y sus juegos
Tengo vocación de aprender
de incluso intentar aprobar
La asignatura más
importante de mi vida: Tú.

19 junio 2005

TERRORMOBILE

Bien, me acabo de gastar más de quinientos euros en un móvil… Tranquilidad, cobro mil, así que no deja de ser el cincuenta por ciento de mi nómina, un mes más ajustadito y todo olvidado, de todo se sale en esta vida. Además, que sí, que son quinientos euros, pero no me los he gastado en un móvil cualquiera, no. Me he comprado un puto Shampla, el equivalente a un ferrari en el mundo de los teléfonos móviles, así que el precio es lo de menos.

Un Shampla terrormobile, bello como un diamante y duro como un kalashnikov. Por supuesto, tiene todo lo que tienen los demás móviles de semi-lujo: Cámara, vídeo, conexión a internet, eso es ya básico para un Shampla, pero además es estación metereológica, gps, localizador de personas, mando a distancia, inhibidor de frecuencias, brújula, orgasmatrón con su accesorio especial de serie y como no, el mayor y mejor acumulador de melodías de la tierra. Sus doscientos gigas de melodías hacen de él el mejor diferenciador de amigos jamás conocido por el hombre. Parecía complicado, pero he conseguido identificar a cada uno de los cuatrocientos treinta contactos de mi agenda con una melodía diferente.

A Miguel, por supuesto, le tengo identificado con los Y.M.C.A. de Village People. Si él no quiere salir del armario que se joda, al fin y al cabo es un secreto a voces y a mi es la única canción que se me viene a la cabeza para él. A María la tengo con la melodía de Space Cowboy de Jamiroquai, una canción que me relaja como ella y que tiene ese puntito, como ella, de psicodelia barbitúrica. A Juan lo tengo con Message in a bottle. Como la canción, Juan es un tipo clásico como Police, a la vez que moderadamente interesante como Sting. A Clara la tengo con Bachata pura y dura, jeje, hardcore latino. La verdad es que no se me ocurría nada mejor para ella, tan graciosa y horterita la pobre. A Lourdes con Britney Spears, por pura ironía, vaya. Podría seguir enumerando, pero son demasiados contactos y he tardado demasiado tiempo como para repasarlos uno a uno, la muestra ya de por sí dice mucho del proceso.

Cerca de tres días a razón de ocho horas diarias, me he sentido como un pintor loco terminando su obra maestra. Pero ya está todo configurado… Mi Shapla Terrormobile ya está cargado y a punto para disparar. Ya sólo queda esperar a que llamen todos mis amigos, jeje, a que llamen un día de estos. A que llamen, simplemente.

03 junio 2005

RANCIO ABOLENGO

La Reina del Pumarejo,
Duquesa de Callejuelas,
Condesa de Trasnoches y
Baronesa de Jovenzuelos
deambula por la alameda,
sin corona ni haciendas,
bajo la luna con sus monedas.

¡Maravilla tanta clase
en un mundo el tuyo
ausente de todo arte!