30 noviembre 2004

LA DUDA

Abrió el expediente 11147. Cinco hombres y una decisión que por habitual, no dejaba de ser dramática. Una medida de gracia siempre es digna del buen gobernante, pero no eran estos tiempos de ser blandos, con la insurgencia llamando a cada puerta, cada vez más descarada. Por otro lado, se sentía viejo, y aquellas cinco caras magulladas estaban llenos de una vida que él, por escasa, sentía preciosa y envidiable. Se sentía un abuelo estricto pero misericordioso. Pero su propia historia como hombre duro y clarividente le esclavizaba. O quizás no. Quizás simplemente era esclavo de sus propias justificaciones.

Entro el mayordomo en el despacho: -¿Té como siempre, ilustrísimo?- La duda le asaltaba al viejo. –Esta vez tomaré un brandy- dijo con premeditada indiferencia para observar la reacción del lacayo. Pero éste ni se inmutó. Mientras volvía a la cocina, giró su sillón y miró a través de las ventanas los bosques nevados, contaminados de su guardia personal. Miró el reloj, miró la cara de esos hombres… La duda se había resuelto. Con la mano temblorosa del que sostiene la carga de la vida interrumpida, firmó suspirando las sentencias de muerte.

2 comentarios:

Marcos Alexandre dijo...

E aí beleza? Intrigante post, não entendi(no comprendo) pero todo bien, las cosas são asi. Qual era a dúvida(la duda)?

el que deambula dijo...

http://copacabana.dlsi.ua.es/es/index.php

Aqui poderás encontrar um tradutor para poder comunicar-nos melhor, amigo. A dúvida é se devemos romper com o que somos ainda que não nos agrade ou aceitar com resignação o que somos. Oxalá o mandatário do *post tivesse desejado mudar.